




Su nombre es Galia
La historia de Galia es un increíble testimonio de resiliencia y amor incondicional. Esta pequeña luchadora fue encontrada abandonada en una bolsa dentro de un contenedor con tan solo dos días de vida. Pero su historia acababa de empezar.
Afortunadamente, una persona compasiva la rescató y cuidó de ella durante su primer mes de vida. Sin embargo, las dificultades se presentaron cuando se descubrió que Galia tenía problemas de movilidad. A pesar de los esfuerzos iniciales, se necesitaban pruebas y rehabilitación que resultaban ser un desafío para quien la cuidaba.
Es entonces cuando Galia encontró su camino hacia el santuario, donde su historia de superación continuó.
Se le brindaron las pruebas necesarias, y aunque la rehabilitación no garantizaba una recuperación total, se hizo todo lo posible por mejorar su calidad de vida. Galia recibió sillas de ruedas, arneses y todo el apoyo necesario para enfrentar sus limitaciones físicas.
Lo más conmovedor es que Galia no está sola en su travesía. Comparte su vida con muchos amigos, y con Martín, otro valiente que también utiliza una silla de ruedas.
Juntos, estos dos amigos se han convertido en el alma alegre del santuario. Corren y juegan con la misma energía y entusiasmo que cualquier otro residente. Durante la rutina diaria de comida, los encontrarás disfrutando de cada momento, y por la noche, descansan juntos, demostrando que la amistad y el afecto no conocen barreras.
Ahora, te invitamos a formar parte de la historia de Galia y Martín mediante la amadrinación. Al unirte como madrina, contribuirás directamente a su bienestar y felicidad. Tu apoyo hará posible que estos valientes amigos continúen recibiendo el cuidado que merecen, y serás testigo de cómo tu generosidad se transforma en amor y alegría en sus vidas.
¡Anímate a ser la madrina de Galia! Tu participación marcará la diferencia y brindará un futuro lleno de esperanza y cariño.